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PARA QUE SIRVEN LAS REDES SOCIALES

Desde su surgimiento, las redes sociales se han convertido en un paradigma absoluto de estos nuevos tiempos. El crecimiento de Facebook y Twitter son sólo la punta de lanza de un movimiento que se multiplica de manera irrefrenable y llega a todos los ámbitos: ya no parece alcanzar con una red social de “amistades” y por eso surgen plataformas exclusivas para iniciar contactos laborales, compartir obras artísticas, relacionarse con colegas o hasta aventurarse en relaciones extramatrimoniales. De LinkedIn a Aleuden parece haber una red social para cada ámbito de la vida en sociedad y el reciente ingreso del gigante Google al mundo 2.0 demuestra también que, como modelo de negocios, este paradigma está lejos de extinguirse.
Ahora bien, debajo de los nombres, las empresas, las aplicaciones y los códigos, están los usuarios. Y tras ellos aparece el verdadero fin de las redes sociales: su uso. Más allá del margen de maniobra que cada una de ellas planifica para su mercado, lo cierto es que son los propios usuarios los que le dan sentido. Y esta significación varía tanto como tantas variaciones subjetivas se pueden encontrar en los miles de millones personas que diariamente se conectan a Internet: desde contactarse con viejos compañeros de la secundaria hasta difundir sus actividades comerciales, las posibilidades son infinitas.
¿Pero qué son las redes sociales? O mejor, ajustando la pregunta al debate que de un tiempo a esta parte comenzó a circular con fuerza en los círculos especializados: ¿para qué sirven? La respuesta depende de la posición que adopte cada interlocutor. De los apocalípticos a los integrados, existen aquellos que creen que las redes sociales sirven para todo y aquellos que aseguran que no sirven para nada. El gran debate sobre el rol y la importancia de las redes sociales no parece hacer demasiada mella en ámbitos como la amistad, la educación, el comercio o la familia pero sí es capaz de levantar una espesa polvareda cuando se trata de política. ¿Puede un muro de Facebook o un hashtag de Twitter hacer una revolución o incidir de manera decisiva sobre la realidad social de una nación? El debate, aunque a simple vista parezca demasiado especializado y contenido en los límites de la discusión política, arroja teorías y confrontaciones de las que nada ni nadie parece poder escapar. Pongámonos aristotélicos por un instante: el hombre es un animal político. Y detrás de los “amigos”, “seguidores”, alumnos y comerciantes, se encuentran hombres y mujeres en red.

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